sábado, 27 de junio de 2015

VACUNAS

Descanse en paz. El menor contagiado de difteria, y al que sus padres decidieron no vacunarle, ha fallecido hoy tras tres semanas de agonía, descanse en paz.
Ahora surgirán voces repartiendo responsabilidades, a los padres por no vacunarle, a los médicos por no atenderle a tiempo ¿?, al sistema de salud por no contar con la medicación adecuada, al gobierno central por los recortes, etc..., sin embargo aún siendo crudo debe decirse que el responsable directo de esta desgracia es quien tomase la decisión de no vacunar al menor cuando era necesario, que no obligatorio, hacerlo. Los padres en el ejercicio de su responsabilidad decidieron no someter al menor a un proceso recomendado mundialmente con el fin de erradicar varias enfermedades. 
Las consecuencias de errores como este no suelen ser tan graves pero a veces toca, y cuando llega es irreparable. Es cierto que cuando los padres toman la decisión no piensan que este sea el riesgo real, en el primer mundo no pasan estas cosas, per lo es, y por ello no se pueden pedir responsabilidades de penales, pero morales si, y no solo a ellos, a quienes inducen desinformando a la gente a tomar decisiones que solo les van a afectar a ellos sin consecuencias para el "gurú" de la vida saludable que sin datos afirma cosas como que las vacunas son un sistema de control de la ciudadanía por las grandes multinacionales, por ejemplo.
Vivimos en un Estado extraño, se multa a quien no lleva la sillita para El Niño en el coche, a quien no se pone el cinturón de seguridad, a quien habla la lengua no adecuada en según qué comunidad, a la empresa que no nombra ejecutivas aun cuando sea materialmente imposible por no haber mujeres en su cúpula, etc..., pero nada se hace cuando se trata de salud, yo puedo poner en riesgo vital a mi hijo no vacunándole y no puedo poner el rótulo de mi tienda en castellano o no puedo circular sin el cinturón de seguridad. Es simplemente ridículo y bochornoso.
En un entorno globalizado donde la confluencia de ciudadanos de diversas partes del mundo, enriquecedoras y saludables, es el pan nuestro de cada día en cualquier población de nuestro país o de Europa, es más necesario que nunca promover estas políticas sanitarias de prevención para todos. Lo que para unos es endémico e inocuo para otros es virulento y a veces mortal, es así de simple.
Espero sinceramente que la muerte de este chaval sirva para algo mas que para repartir responsabilidades. Descanse en paz.