lunes, 23 de noviembre de 2015

RELIGIÓN

La religión nos ha acompañado como seres humanos desde que tenemos conciencia de tales, se cree que ya en Atapuerca los enterramientos dejan entrever una creencia en el más allá, pero al igual que nosotros que hemos ido evolucionando psicológicamente las creencias han evolucionado hacia una mayor complejidad y elaboración, baste recordar a los dioses griegos y romanos que se organizaban en verdaderas familias complejas que interrelacionaban con los mortales.
Hasta el día de hoy las creencias religiosas han sido estudiadas desde diversos puntos de vista pero todos ellos no dejan lugar a dudas de la importancia del fenómeno en la historia de la humanidad, ayudando a perfilar lo que hoy somos como cultura en el planeta. Ha amparado civilizaciones de tal manera que es imposible entenderlas sis estudiar los cultos predominantes, ha justificado guerras, persecuciones, matanzas, explosiones de racismo y xenofobia que todos tenemos en mente y además muy recientes. Es indudable que nuestros pueblos esconden entre sus muros recuerdos 
de los orígenes religiosos que poseemos aún sin saberlo, pero sería muy simple solo hablar de lo que nos queda y no hacer mención de todo lo que nos aporta día a día.
Los creyentes de verdad viven en paz consigo mismos y con los demás, respetan al diferente y reconocen en todas las creencias un patrón común de enseñanza vital originaria que nos une a todos. No es casual que las tres grandes religiones monoteístas tengan su origen en la misma zona y compartan determinados personajes más o menos históricos, incluso las horas de rezos al día llegan a coincidir en gran medida relacionadas originariamente con la evolución del sol y las estaciones; se puede decir sin equivocarse que aportan sentido a la vida de muchos seres humanos y sin ella no se entenderían muchos hechos históricos.
Ver cómo se corrompe este mensaje, lo que ha ocurrido durante toda la historia, en aras de intereses extraños a la religión, contrarios incluso a ella, hasta negar evidencias abrumadoras, sentir como seres humanos se odian simplemente por lo que creen o no, lo que piensan o no, es la imagen del deterioro del ser humano. Hoy día gracias a las investigaciones más modernas sabemos que ni los animales abandonan a los suyos y solo en excepcionales situaciones sacrifican a sus iguales, sabemos que los primates despiden a sus muertos, cuidan de las crías, sienten y sufren las penas de los demás, y llegan incluso a comprendernos, como los que hemos tenido perros hemos podido comprobar. Por esta razón es más difícil entender cómo llegamos a reducirnos a algo menos que animales llamados “irracionales” cuando matamos por la religión, por el color, por la raza, gastas por ser de un equipo rival.
Lo que ha ocurrido hace unos días en París, los mensajes de los responsables de estos hechos hablando de “cruzados”, nos hace pensar en cómo nosotros pasamos por este periodo de intolerancia absurda hace cientos de años y como aún hoy subsisten ciertas organizaciones que recogen en menor medida que entonces ese odio al islam y al judaísmo que llevó a cometer atrocidades. Pero al tiempo vemos como los que ahora nos agreden se han quedado anclados en el tiempo y dejan de mirar hacia adelante buscando mejorar la sociedad para mirar atrás y encerrase en creencias excluyentes y anuladoras de la libertad del ser humano.
Da pena ver que culturas tan desarrolladas en su tiempo, tan abiertas a la ciencia y el arte, tan estudiosas de la naturaleza humana, han caído en lo más execrable de la especie humana, el odio por el odio sin más, el miedo a lo diferente y a la libertad de pensar. Que Ala les perdone de la misma manera que creo que Dios perdonará nuestros errores.